viernes, 26 de junio de 2015

Alejandro Sanz y Zucchero presentan su dueto 'Un zombie a la intemperie'


Alejandro Sanz  ha lanzado una nueva versión de Un zombie a la intemperie, primer single de Sirope, junto a su amigo y compañero de profesión Zucchero. Ambos han presentado el videoclip de esta colaboración donde podemos verlos tocando e interpretando el tema codo con codo.

Alejandro Sanz  sigue promocionando su nuevo disco Sirope y ahora ha querido acercarse más al público italiano. Para ello ha contado con la colaboración de Zucchero para una nueva versión de su canción Un zombie a la intemperie.
"Desde hoy en Italia en todas las tiendas digitales de música y plataformas online el dúo de Zucchero y Alejandro Sanz con ocasión del lanzamiento de 'Un Zombie a la Intemperie'", anuncia el italiano en su cuenta de Facebook.
Por su parte, Alejandro también ha usado su perfil de Facebook para explicar la buena experiencia que ha resultado este dueto: "Ha sido un placer trabajar con mi colega y amigo Zucchero Fornaciari en la versión italiana de 'UnZombieALaIntemperie'".
Como era de esperar, el tema lo han presentado con un nuevo videoclip que, aunque mantiene la historia junto a Marta Etura e Inma Cuesta de la versión original, podemos ver a los dos músicos juntos interpretando el tema.


sábado, 20 de junio de 2015

Alejandro entrevistado por Adela.


Alejandro Sanz: "Soy libre de hacer lo que me da la gana y lo hago"

El español tiene nuevo disco, que lo encuentra en una nueva etapa.

 Cuenta Alejandro Sanz que su relación con la música tiene una pequeña casualidad como disparador: cuando tenía siete años, su madre quiso anotarlo en unas clases de karate, pero el gimnasio que escogió estaba cerrado ese día. Pegadita había una escuela de guitarra, así que el pequeño Sanz terminó ahí.

Imposible dilucidar ahora si, de haber sido las cosas distintas, se hubiese convertido en una figura internacional de las artes marciales. Lo que sí sabemos hoy es que ese cuentito tuvo un final feliz: Sanz acredita el disco más vendido de la historia de la música española, Más (editado en 1997, vendió más de cinco millones de copias; con el resto de su obra, vendió 20 millones más en todo el mundo) y ganó una veintena de premios Grammy. Ahora está presentando Sirope, su nuevo trabajo, en el que colaboran el dominicano Juan Luis Guerra (canta en "Suena la pelota"), una sección de vientos de Filadelfia que ha acompañado a The Roots y el trompetista cubano Arturo Sandoval, "uno de los músicos de jazz más importantes del mundo", asegura el autor de "Corazón partío", que también incluyó en este flamante álbum una canción dedicada a su hijo Dylan, "Capitán tapón".

—Estás cansado, pero obligado a ser diplomático.

—Siempre tengo una especie de pelea interna entre ser diplomático y ser sincero. Intento buscar el equilibrio. Igual, la diplomacia pesa menos en la carrera de un artista que en la de un político. Tenemos menos promesas que incumplir.

—Vos tenés más popularidad que muchos políticos. ¿Cómo te llevás con eso?

—Bien, porque es el resultado de muchos años de trabajo en la música. Invierto mucho trabajo, procuro hacer las cosas bien, al detalle. Paco de Lucía, que para mí era un genio, decía siempre que no creía en los genios, sino en la gente que tiene talento y trabaja mucho. Ser muy exigente con uno mismo es fundamental porque todo el vacío que dejas al no exigirte se llena con cosas como la vanidad, que no es una buena compañera de viaje.

—El éxito suele despertar vanidades.

—El éxito nos gusta a todos, es fantástico. Lo que no es tan cómodo es lo que trae aparejado. Y como una cosa no viene separada de la otra, hay que elegir. Yo tengo un nivel de fama razonable para el éxito que tienen mis discos, no es que vivo asediado por fans enloquecidos. Muchas veces tienes muy poco éxito y muchísima fama. Por éxito no entiendo el número de discos que vendo, sino el respeto que genera la música que hago. Para la vanidad, hasta hace unos años estaba la zapatilla de mi madre (risas).

—¿Hay algún artista cuya ética admires especialmente?

—Paco de Lucía, sin duda. Para mí es el artista completo. No sólo por su talento, sino también por su personalidad. Tenía un concepto de la vida muy particular, parecía estar siempre dos pasos delante de los demás. Y no se lo echaba en cara a nadie. Se reía de las tonterías y los dramas, de las envidias y las miserias. Tenía razón: con los enormes problemas que hay en el mundo, no tiene sentido concentrarnos en algunas tonterías personales.

—¿Cuál es el espíritu del disco?

—La libertad. Soy libre de hacer lo que se me da la gana y lo hago. La música surgió de una serie larga de jam sessions en nuestro espacio de trabajo, en Miami. Esa es la espina dorsal del disco: hacer música por el propio placer de hacerla.

—Hay una canción, "No madura el coco", dedicada a la situación de Venezuela. ¿Por qué?

—¿Por qué escribo una canción de amor? Es lo mismo. De todos modos, la idea no fue hacer una canción política. De hecho, no habla de política de una manera directa. Intenté quitar algunas frases, pero no encontré nada que quedara tan bien. Cuando trabajo las letras, cuido el contenido, la métrica y la fonética.

—Sos una figura muy popular en tu país. ¿Cómo controlás que la prensa amarilla no te moleste?

—No depende tanto de mí. Pero mientras puedo, trato de no aparecer en determinados medios. Nadie está en un lugar si no hizo algo para estar ahí. Con la prensa me interesa hablar sobre mi perfil como artista, no sobre mi vida personal. Mantengo mucha privacidad en torno a mi familia. Se tarda años en conseguir algo así, porque la prensa sensacionalista dice que te respeta y no se mete en tu vida privada, pero claramente miente.

—¿Dejarías la música para dedicarte a alguna otra cosa?

—Me dan miedo los cambios. Creo que siempre hay riesgos de que salga todo mucho peor. Estoy contento donde estoy. Tengo la familia que quiero tener, estoy en el punto musical en el que quiero estar, me divierto mucho con la música, puedo viajar, tengo amigos... ¿Qué más puedo pedir?

Viviendo deprisa.


Es de 1991 y el que lo convirtió en una estrella. No era para menos, allí se incluía "Los Dos Cogidos De La Mano", "Pisando Fuerte" y "Se Le Apagó La Luz" y con ese material no es de extrañar que haya un millón de copias. Es Alejandro Sanz en estado puro: romanticismo pop dedicado a un público femenino con una voz muy particular. Un éxito a primera vista.

Más.


Aunque para muchos su mejor disco es el siguiente (El alma al aire de 2000), Más (editado en 1997 es sin duda el más importante a nivel comercial. Aún hoy es el disco más vendido en la historia de la música española gracias a éxitos como "Corazón partío", "Amiga mía", "Aquello que me diste", "Y si fuera ella". El disco estuvo acompañado por una gira mundial igual de exitosa.

Sirope.


Es el undécimo álbum de estudio de Sanz y se publicó el 4 de mayo de este año. Está producido por el argentino Sebastián Krys (que ha trabajado con todos los grandes de la música latina) y el disco es un nuevo cambio en su música aunque sin cambiar del sendero conocido. El primer simple es "Un zombi a la intemperie" y debutó primero en los rankings.

miércoles, 10 de junio de 2015

Alejandro Sanz apadrina 'juegaterapia', un área de juegos para niños con cáncer

También presentó 'Baby pelón', un muñeco con un pañuelo, diseñado por él, en la cabeza.

 

Los niños pagan siempre los platos rotos de los mayores, "incluso las deficiencias del sistema social", ha asegurado el cantante Alejandro Sanz en la presentación del nuevo área de "juegaterapia" del Hospital 12 de Octubre y del "Baby pelón", un muñeco que lleva un pañuelo diseñado por él en la cabeza.

El área de "juegaterapia" del 12 de Octubre, promovida por el centro sanitario y la Fundación Juegaterapia, es un espacio de 800 metros cuadrados de zonas verdes, plantas, columpios y una gran cúpula que proporciona sombra para que los niños puedan jugar al aire libre mientras reciben sus tratamientos de quimioterapia.
Alejandro Sanz plantó allí hace un año el primer árbol de ese jardín, situado en la planta octava del edificio Materno-Infantil del centro sanitario.
Ha querido mandar un mensaje de solidaridad, fuerza y esperanza a las familias de los niños enfermos: "cuando uno es padre de un hijo, es padre de todos los niños del mundo y me dan ganas de abrazarles y de darles todo el cariño que les daría a mis hijos".
El artista ha agradecido a todos los que han contribuido con sus donativos a apoyar la "juegaterapia" y a los que han comprado ya 76.000 "Baby Pelones", que llevan un pañuelo diseñado por el propio Sanz y su hija Manuela.

El pañuelo está estampado con una corona, el símbolo hippie, una luna, globos y sonrisas, a propuesta de su hija, y las palabras "guapo" y "guapa", a sugerencia de él.

"Son palabras que nos decimos entre la gente que nos queremos", ha explicado.

Sanz cree que "la gente" ha entendido "el mensaje" de la diferencia que significa para un niño estar en un hospital seis meses, "o el tiempo que tenga que estar", y tener un espacio para "poder jugar, olvidándose de los medicamentos y los pinchazos".

Antonio Rodríguez, padre de una de las menores que a partir de hoy podrá disfrutar del área de juegos, ha indicado que este tipo de proyectos deben ser incluidos en la política social gubernamental en beneficio de todos los menores, y no sólo ser creados por iniciativa de fundaciones y famosos, "porque aunque es importante, debe ser abierto para todos".

En este sentido, el presidente de honor de la Fundación Juegaterapia, Pablo Ibáñez "el hombre de Negro" del programa de televisión 'El Hormiguero', ha agradecido al cantante español "el importante respaldo" que ha dado al proyecto.