lunes, 17 de agosto de 2015

Alejandro Sanz cautiva con su carisma en el festival Cap Roig


Alejandro Sanz, la voz más internacional del pop español, ha vuelto esta noche al Festival de Cap Roig para presentar los temas de su último disco, Sirope (2015) y repasar los grandes éxitos de su larga carrera.
Cuando pasaban pocos minutos de las 22.00 horas el cantante madrileño, de 46 años, ha arrancado la velada, entre gritos de sus fans, con "El silencio de los cuervos" de su décimo trabajo de estudio, que vio la luz el pasado mes de mayo.
Durante dos horas de concierto y una veintena de temas, los más de 2.100 espectadores que llenaban por completo las gradas le han seguido de pie, aplaudiéndole y entonando con él sus canciones.
Alejandro Sánchez Pizarro, conocido artísticamente como Alejandro Sanz, ha dado muestra de su maestría y de su simpatía durante todo el concierto, y además ha utilizado un vanguardista sistema de vídeo en 3D que ha convertido el escenario, entre otras cosas, en una calle con transeúntes, en una sala de fiestas o en un antiguo monumento de piedra.
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Algunos de los temas de su último trabajo que han sonado son por ejemplo "A mí no me importa", "No madura el coco" o el primero de los singles, "Zombie a la intemperie"
La sorpresa de la noche ha llegado con "No me compares" (La música no se toca -2012), tema que ha interpretado con "su amigo" Antonio Orozco, que ha recibido antes y después de su actuación un gran aplauso del público.
La voz única de este Alejandro Sanz, compositor y autor de todas sus canciones que ha vendido más de 23 millones de discos, se ha dirigido también a las gradas para agradecer el poder estar en el que ha dicho era para él "un sitio muy especial".
El artista ha dedicado "Paradise" a la comarca del Baix Empordà, donde está ubicado este espectacular escenario en plena naturaleza, y ha conseguido todavía más aplausos de sus fans en temas clásicos como "Desde cuando" o "Corazón partío".
Sin sentarse, el público ha cantado con él, en uno de los momentos cumbres de la noche, un compendio de algunas de sus exitosas creaciones, como "Amiga mía", "Mi soledad y "Si fuera ella".
Este abanderado del pop español e internacional, que ha cambiado casi a cada canción de guitarra, ha puesto fin momentáneamente a su actuación con "No es lo mismo", acompañado de nuevo por un público completamente entregado.
Apenas un minuto después, ha salido vuelto al escenario y, sentado al piano, ha interpretado "Lo Ves" (1995) y "Capitán Tapón", canción de su último álbum dedicada a su hijo.
Ya en los últimos bises, ha interpretado "A que no me dejas", segundo single de su último disco y ha puesto el colofón final a su actuación con un mix de dos de sus grandes temas, "Viviendo deprisa" y "Pisando fuerte" junto a un público que cantaba y bailaba con él.
Alejandro Sanz actuará de nuevo en este mismo escenario el martes por la noche y será el artista encargado de clausurar el Festival de Cap Roig 2015.

Alejandro Sanz sazona con ´Sirope´

El cantante agrupa a unas 8.000 personas en la Plaza de Toros de Palma con temas de su nuevo disco y clásicos como 'Amiga mía' o 'Corazón partío' 



 La calurosa noche que vivió ayer Palma se hizo mas amena con Alejandro Sanz en la isla. A pesar del bochorno y que el concierto se celebró entre semana a las 22 horas, su público fiel no puso pegas. El madrileño visitó la Plaza de Toros, la cual no había pisado desde 2013 con su gira La música no se toca.

Para amenizar la espera, la telonera del cantante, Victoria Riba, salió a escena. La joven le precederá en cuatro conciertos de la gira, uno de ellos el de anoche. Victoria Riba ha expresado durante la última semana en las redes sociales lo emocionante que es para ella trabajar con Alejandro Sanz, "es un sueño", publicó en Instagram.

El concierto empezó puntual. Eran las 22 horas cuando todas las luces de la plaza se apagaron y solo se veía un reloj gigante iniciando la cuenta atrás. El reloj marcó cero y Alejandro Sanz saltó al ruedo con su canción El silencio de los cuervos.

El artista vestía un vaquero oscuro y una camisa negra, muy propio de él en sus conciertos. La velada siguió con A mí no me importa, tras la que se dirigió al público: "Un placer venir otra vez a Mallorca, es como nuestra casa, sois como nuestra familia". También añadió que tenía un presentimiento: "Creo que será un concierto mágico, ¡disfrútenlo!".

Un aspecto a destacar era el escenario con las pantallas traseras y el juego de luces. Justo encima de la cabeza de Sanz le iluminaba un neón con forma de diamante que se movía acorde con la canción. Las pantallas también fueron un espectáculo: cada canción tenía un fondo personalizado, como La música no se toca, acompañada por una calmada playa. La noche continuó con temas como No madura el coco, aunque la apoteosis comenzó con canciones tan conocidas de anteriores discos como Y si fuera ella, Amiga mía o Mi soledad y yo.

Miles de móviles alumbraban a Alejandro Sanz, pero lo más sorprendente es que se veían más abanicos que celulares en el ruedo. El artista pidió que abanicaran hacia el escenario, debido a la temperatura. Entre el público se podía ver un corazón gigante partío, el cual le tiraron cuando empezó a sonar la canción Corazón partío.

Y llegó el primer amago del fin, no sin antes cantar Un zombie a la intemperie. Se reservó para el final Looking for paradise. A pesar de que no estuviera la gran Alicia Keys, lo acompañó una integrante de la banda, Sara, la cual dio la talla.

El cantante se despidió de su público con un "Palma, os quiero" y agradeció a la Plaza de Toros que siempre lo haya tratado tan bien. Consiguió dejar a sus fans con buen sabor de boca con su Sirope.

Alejandro Sanz vuelve a su «talismán»

«A Coruña corre por mis venas», aseguró el cantante ante un Coliseo abarrotado



Alejandro Sanz volvió ayer a su «talismán»: el Coliseo de A Coruña, que lo recibió, como no podía ser de otro modo, con un lleno. Nada más abrir el concierto, el cantante madrileño se ganó al público al asegurar que lamentaba no haber podido empezar su gira en A Coruña, una ciudad a la que se siente especialmente unido y que le da suerte. «A Coruña corre por mis venas», declaró ante los 8.500 espectadores que llenaban el recinto.
El cantante hizo vibrar los cimientos del recinto con sus clásicos, y regaló desde el principio temas como Quisiera ser, El alma al aire, Desde cuándo o Si fuera ella. Pero fue con Corazón partío cuando más vibró el Coliseo. Una pirámide latió sobre el escenario, emulando un corazón con sus destellos rojizos. También las letras de su nuevo disco, Sirope, se corearon con entusiasmo.
La locura se desató desde el momento en que salió al escenario. Nadie se quedó con las ganas de echar un piropo al aire, aprovechando un momento fugaz de silencio, porque todos estaban allí para profesar su amor al madrileño. Y es que él tampoco perdió oportunidad de demostrar a sus seguidores que son «el jardín» de su «alegría». El detallazo fue la bandera de Galicia que alguien le lanzó al escenario y que él colocó sobre el piano.
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Después, su ironía con sus propios movimientos: «No sé qué ha pasado con mi carrera de danza», bromeó.
Desde el foso hasta la tribuna superior era posible ver brazos en el aire cada vez que el músico así lo pedía, tal y como presagiaba el cartel de completo en la puerta. Solo los mexicanos Maná han conseguido igualar tal proeza. La voz rasgada del cantante estuvo a la altura del largo espectáculo.


Al calor de Alejandro Sanz

El cantante madrileño se entregó al público asturiano durante casi dos horas con una veintena de temas que le sirvieron para repasar grandes éxitos y celebrar su gira "Sirope"


  "Hagan lo que quieran, bailen, canten, abrácense y disfrútenlo". Pasaban sólo unos cuantos minutos de las diez de la noche y Alejandro Sanz, el cantante madrileño que lleva más de dos décadas regalando a la música española canciones de éxito, había dejado claras las normas de la noche. La de su recital en el Palacio de La Guía, ante cerca de 5.000 personas entregadas a la música de un profesional que firma cada disco que saca al mercado con récords de platino y que en Gijón presentaba su gira "Sirope".
Hacía calor en el recinto "y más que va a hacer todavía", prometía el ídolo de varias generaciones. Un Alejandro Sanz que se dejó llevar, desde los primeros compases de la velada, por la entrega que le demostraba el público. Casi le cantaron tanto a Sanz como Sanz a los asistentes; le lanzaron tantos piropos como hubo tiempo, y más fotos -con y sin palo de selfie- no pudieron hacerle. Era la noche de Sanz y se estaba disfrutando.
Con "El silencio de los cuervos" se abrió la caja musical y todo seguido, aunque siempre con guiños al público, fueron sonando "A mí no me importa", "No madura el Coco", "Desde cuando", "Quisiera ser", "Tú la necesitas" y "No me compares". Y entonces llegó el momento de la dedicatoria más especial para el artista. La que dedicó a "Fernando Astur" como se conocía en las redes sociales al avilesino Fernando Fernández, un incondicional de Alejandro Sanz tanto como lo era del Sporting. El asturiano falleció hace sólo unos meses tras años luchando con una enfermedad congénita del corazón.
"Lo más importante en su vida era su Sporting y las canciones de Alejandro Sanz", recordó el autor, que saludó desde el escenario con emoción a la familia del avilesino, presente en el recital. Lo hizo antes de proclamar un "puxa Sporting" que a Fernando le hubiera puesto los pelos de punta y que puso al público en estado de frenesí.
Dos horas de concierto y una veintena de temas, con un listado de éxito que incluyó, cómo no, "Corazón partío", "No es lo mismo", "Mi marciana", "Amiga", "Mi soledad", "Y si fuera ella"... sirvieron para dar por muy bien empleada la noche, aunque no fueran suficientes para saciar a los más entregados. Algunos de ellos llevaban horas de espera ante el Palacio de La Guía como para que nada les pareciera suficiente.
Incondicionales de Sanz eran quienes abarrotaron las primeras filas en el concierto de anoche, en la "zona Premium". Pese a que dichas entradas garantizaban ver la actuación desde un lugar privilegiado -fueron, según la organización, las que primero se vendieron y eso que tenían un coste de 100 euros- varios grupos de fans optaron por aguardar desde bien temprano ante las instalaciones de La Guía para poder elegir el mejor emplazamiento del recital.
"Más de cien" son las entradas de conciertos de Alejandro Sanz que atesora la bilbaína Berta Patiño, una de las tempraneras de ayer a la cola para acceder al Palacio. Llegó a las 7 de la mañana. Junto a ella se encontraban sus amigas, también grandes seguidoras del artista. La gaditana Paula Maximiano contaba entre risas que "tengo un vídeo cantando una canción de Alejandro con cinco años". "No me recuerdo sin ser fan suya".
A un paso hacía también cola la castrillonense Cristina Álvarez. Miembro desde hace dos años y medio del club oficial internacional denominado "La esencia de Sanz", aunque apostillaba que es seguidora del artista "desde siempre".
Para quien ayer era una noche de estreno era para la avilesina Carla Romero, que nunca había oído a a Alejandro Sanz en directo. Lo consiguió gracias a un regalo de su amiga Cristina Castellano por su mayoría de edad. Quizá por ese motivo, la joven se mostraba especialmente ilusionada porque su "cantante favorito" interpretara el tema "Amiga mía". Y tuvo regalo cumplido. La luarquesa Eva González, en cambio, esperaba con más ganas por el momento en el que Sanz interpretara "Aquello que me diste", "La música no se toca" o el gran éxito del madrileño "Corazón partío".
Por su parte, la vallisoletana Esther Espeso, llegó a las puertas del recinto gijonés en torno a las dos de la tarde tras viajar desde su ciudad expresamente para acudir al recital. "Soy fan desde que empezó, y eso que yo era una cría", rememoraba.
Poco más que un crío era también Alejandro Sanz cuando comenzó su carrera musical bajo el pseudónimo "Alejandro Magno". Fue en el año 1988, cuando el artista madrileño contaba con apenas veinte años y grabó el disco "Los chulos son pa' cuidarlos".
No fue hasta 1991 cuando Sanz publicó "Viviendo deprisa", su primer trabajo formado por temas compuestos únicamente por él y en el que predominaban las baladas románticas, frente al acid-house de su álbum debut. "Viviendo deprisa" fue el primer gran éxito de Sanz y a él pertenecen temas como "Pisando fuerte" o "Los dos cogidos de la mano", que sus fans siguen citando entre sus favoritos a día de hoy. Así lo hicieron ayer, mientras aguardaban a la apertura de puertas del Palacio de Deportes, las avilesinas Silvia Fernández y Mónica Rodríguez, que trabaron amistad en la peluquería en la que trabaja la primera y la segunda acude como clienta gracias a su gusto común por la música latina de Alejandro Sanz. Esta afición, en cambio, les venía a ambas de antes: Fernández acudió a un concierto del madrileño por primera vez en el año 1992 y, desde entonces, "no me he perdido ninguno de los que ha ofrecido en Asturias".
Si entre las fans había un aprecio unánime por la música del madrileño, no menos unánimes eran los elogios que le hacían tras su reciente incursión televisiva en "La voz". Un "talent show" en el que Alejandro Sanz demostró ante el gran público "su espontaneidad, normalidad y cercanía". Así lo contaban ayer la seguidora Cristina Álvarez. "Quienes le seguimos a todas partes ya sabíamos que era así de encantador, pero ahora todo el mundo se ha enterado", comentaba Álvarez. Por su parte, la joven Eva González no dudó en hablar de Sanz como "el mejor 'coach' que ha habido en 'La Voz', sin ninguna duda". En la misma línea se manifestó la joven pixueta Andrea Fernández. "Es muy simpático y en la televisión me encantó", decía Andrea, que ayer tuvo la oportunidad de vivir una actuación de su ídolo por primera vez ayer gracias a un regalo de cumpleaños de su novio, con quien disfrutó de la música de Sanz desde el espacio "Premium".
Ya fuera el primer recital o el décimo, ya fuera el regalo de un novio o el de una amiga, el ahorro propio o la suerte, pocos fueron los que salieron ayer del Palacio de Deportes de La Guía sin tararear una canción de Alejandro Sanz y sin confesar que habían disfrutado de un gran espectáculo.


martes, 4 de agosto de 2015

Alejandro Sanz tendrá ‘frase célebre’ en el Carranza




El Cádiz CF ampliará su galería de ‘frases célebres’ con una aportación de Alejandro Sanz: “Lo malo no es llorar. Lo malo es no saber por qué. Siempre Cádiz”. El cantante, medio-gaditano y reconocido cadista, ha regalado al presidente del club, Manuel Vizcaíno, un cuadro que será reproducido en grandes dimensiones en el interior del estadio Ramón de Carranza. Se sumará a la única frase que de momento se había montado, del periodista Alfredo Relaño.
El Cádiz CF ha decidido ampliar su galería de ‘frases célebres’ con una aportación de Alejandro Sanz. El cantante, medio-gaditano y reconocido cadista, ha regalado al presidente del club, Manuel Vizcaíno, un cuadro que pronto será reproducido en grandes dimensiones en el interior del estadio Ramón de Carranza.
“Lo malo no es llorar. Lo malo es no saber por qué. Siempre Cádiz”, es la frase que Sanz le dedica a la afición amarilla.
El artista, que actuó el pasado sábado 1 de agosto en Algeciras –en principio, este concierto iba a celebrarse precisamente en el Carranza, e incluso llegó a anunciarse-, tenía especial interés en entregarle al presidente el cuadro con una frase que “rápidamente ha sido encajada dentro de la personalidad de la entidad cadista, que siempre se ha caracterizado por no darse nunca por vencida y por levantarse siempre de todas las adversidades”, señalan desde el club en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Vizcaíno visitó a Alejandro Sanz en las dependencias propias del artista en la víspera del concierto y además le entregó un carné con su abono de honor y una camiseta serigrafiada con su nombre.
Esta frase Alejandro Sanz será la segunda que se incluirá en la galería interior de la Tribuna del estadio municipal, justo un año después de la inauguración con la frase del periodista Alfredo Relaño: “quien está contra el Cádiz está contra la humanidad”.
El acto de descubrimiento de la frase del cantante quedará encajado en la agenda del artista, actualmente de gira, en las próximas fechas.


domingo, 2 de agosto de 2015

Alejandro Sanz se emociona en el concierto de Algeciras



Algeciras nombra embajador de la ciudad a Alejandro Sanz

Reconocimiento de la localidad natal de su padre, en la que pasó veranos en su infancia.


 

  'Adivínalo, Adivínalo de qué pueblo soy'. Ese estribillo, que popularizó Jesús Sánchez, padre de Alejandro Sanz, y el Trío Juventud de Algeciras, recorrerá el mundo de la mano del artista internacional que se convirtió ayer, minutos antes de su multitudinario y esperado concierto en la Plaza de Toros de las Palomas, en embajador de Algeciras, conocida también como la ciudad de Los Especiales.

Un reconocimiento más para el que ya es Hijo Adoptivo y cuyo padre, natural de Algeciras, da nombre a la avenida que desemboca en la playa de El Rinconcillo. Un lugar muy señalado para Alejandro Sanz. No en vano, en su twitter colocó una foto de la citada playa con el mensaje 'Camino a casa'. Y es que ahí, en esas aguas, pasó muchos veranos cuando era un adolescente y tuvo la ocasión de conocer a Paco de Lucía, su compadre, que estuvo muy presente en el concierto.
El título de 'Embajador de Algeciras', según explicó el regidor municipal, José Ignacio Landaluce, ha sido creado expresamente para él. "Es el primer defensor y promotor de nuestra ciudad y al que hacemos entrega de este reconocimiento más que merecido".
El cantautor, que recibió el título en un acto privado al que tuvieron acceso sólo los representantes municipales y un pequeño grupo de invitados, agradeció el gesto y dijo sentirse "en casa" siempre que visita Algeciras.
Landaluce entregó un cuadro al artista que de nuevo recordó sus años en la ciudad a la que acudió, por última vez al menos oficialmente, para inaugurar la Avenida Jesús Sánchez Madero 'Jesuli', en el año 2005, si bien no actuaba en el municipio desde el año 1996.
No obstante, el pasado año, con motivo de la Feria Real de Algeciras y en el pregón que pronunció el periodista y amigo personal, Juan Carlos Chaves, el cantante tuvo un gran detalle con los algecireños, ya que adaptó la popular canción de su padre para regalarla a todos sus paisanos. Una melodía que sonó anoche en Las Palomas y en la que participaron Pepe de Lucía, hermano del genio, Monika Bellido, artista local y prima de Sanz, así como el cantautor algecireño y amigo de la infancia, José Carlos Gómez.
El cantautor recordó que fue en esa plaza de toros en la que, siendo un adolescente, presenció el primer concierto de su vida. Sobre el escenario estaba Serrat.
El embajador especial le cantó a su pueblo adoptivo en una cita que no era una más dentro de la gira Sirope. Prueba de ello es que el coso taurino estaba a reventar. Desde hace más de un mes no quedaba una sola localidad de las 10.000 que se pusieron a la venta. Y es que la cita de Algeciras, sin recurrir al tópico, fue más que nunca 'especial'.


Profeta en su tierra

Alejandro Sanz hace vibrar a unas 10.000 almas en su vuelta a casa tras 19 años. Pepe de Lucía, Pablo López, José Carlos Gómez y su prima Mónika Bellido le acompañan.


  Alejandro Sanz sí es profeta en su tierra. En esa en la que pasó, sobre todo, tardes de verano interminables a la orilla de la playa de El Rinconcillo, la que vio nacer a su padre y la que ayer se volcó para darle la bienvenida tras 19 años de ausencia. Su última cita en el coso de Las Palomas fue también un 1 de agosto, pero de 1996.

La plaza de toros vivió un lleno absoluto con diez mil almas. En esa misma plaza Alejandro Sanz vio su primer concierto, uno de Joan Manuel Serrat. Por entonces soñaba que una noche iba a estar en ese escenario, y con la de ayer ya van dos sueños cumplidos.

Fue un concierto brillante el que se vivió ayer en Algeciras, ávida de citas de envergadura como ésta. Si Alejandro Sanz tocara esta noche volverá a colgar el cartel de 'no hay billetes'. Sin duda. Porque es profeta e ídolo en su tierra, esa que según dijo durante el concierto le da un calorcito especial que se lleva allá donde va. Y con el calor de varios especiales contó ayer, como el de su amigo de la infancia, José Carlos Gómez; Pepe de Lucía, hermano de su gran amigo Paco; y con su prima, Mónika Bellido. Con ellos cantó el Adivínalo de Flores el Gaditano que su padre, Jesuli Sánchez, cantaba cuando formaba parte del Trío Juventud junto a Ana María Spínola y Beatriz Calderón. También sorprendió a los asistentes con un dúo con el también cantante y compositor Pablo López, con el que interpretó A que no me dejas.

La cita con su público comenzó puntualísima. A las diez en punto se apagaron las luces que iluminaban el tendido y comenzó la cuenta atrás. Entonces aparecieron los músicos y poco después él, el aclamado Hijo Adoptivo de Algeciras y desde ayer, también embajador de la ciudad. Todo un lujo. El músico comenzó desgranando las canciones de su último trabajo, Sirope, todo un alarde de composición y un espectáculo musical. Los miembros de la banda, excepcional, se alternaban tocando distintos tipos de instrumentos e incluso cantando, a coro y en algunos momentos incluso en solitario.

Entre canción y canción en este primer tramo del concierto Alejandro Sanz interactuaba con el público. Saludó a los asistentes tras el primer tema y poco después confesó que estaba muy nervioso cuando comenzó su actuación. "Es una alegría poder volver aquí. Presiento que va a ser una noche especial", lanzó a una multitud que el cantante ya tenía en el bolsillo, no eran palabras gratuitas.

No tardaron en aparecer los éxitos de siempre del compositor. Con Desde cuando levantó a los que aún no se saben las canciones del nuevo disco y el público comenzó a entregarse más.

Tras el éxito La música no se toca, con la que danzó toda la plaza, llegó uno de los momentos álgidos de la noche al hilvanar tres de sus mayores éxitos: Amiga mía, Mi soledad y ¿Y si fuera ella?

No daba tregua Alejandro Sanz, que tras recordar ante el público su infancia en El Rinconcillo dio entrada a su amigo de la infancia, José Carlos Gómez, que tocó la guitarra en otro de los clásicos, Corazón partío.

Pasaron una hora y tres cuartos sin que Alejandro parse sobre el escenario y hasta las 23:45 no se tomó un respiro. Todo un derroche de arte y de tablas, que de esas tiene y bastantes.

Volvió del receso y en solitario y al piano tocó ¿Lo ves? Uno de los momentos más íntimos de una noche, que sí, que estaba siendo especial, y mucho. Y más especial que se tornó cuando aparecieron sus paisanos para cantar el Adivínalo, ese regalo que le hizo a su tierra en el pregón de la Feria de 2014 que ofició Juan Carlos Chaves.

La despedida fue muy emotiva. "Me llevo esto para el resto de la gira y de mi vida". También lo harán las diez mil almas que vivieron una noche única y muy especial.




Alejandro Sanz endulza con 'Sirope' la noche de Córdoba en los Califas


        El cantante triunfa en el coso taurino en el arranque de su nuevo 'tour' de conciertos
        El artista, que inicia gira por tercera vez en Córdoba, realizó guiños continuos a la ciudad


  • Llegó, cantó y triunfó. No hizo falta demasiado para conquistar a un público entregado desde mucho antes de que comenzara la cuenta atrás, los 40 segundos más largos para unas fans llegadas desde todos los puntos de Andalucía que aguardaban expectantes el inicio de la gira de conciertos que llevará a Alejandro Sanz a recorrer hasta 25 provincias españolas tras la publicación de su último disco 'Sirope', décimo en su carrera discográfica.
    Con puntualidad británica y vestido de negro de los pies a la cabeza, el cantante apareció en el escenario montado sobre el albero del coso de los Califas, una plaza de primera que la noche del jueves supo agradecer a Alejandro Sanz que haya elegido Córdoba para iniciar gira en varias ocasiones. Lo recordaba nada más comenzar el propio artista tras deleitar al público con su primera canción El silencio de los cuervos: "Es la tercera vez que empiezo gira en Córdoba. No creo en las casualidades", sostenía ante un público entregado que se desgañitó coreando su nombre durante las algo más de dos horas que duró el concierto.
    Sanz recordaba nada más arrancar que se trataba del primer concierto de la gira 'Sirope', por lo que pidió, entre risas, que "si había algún fallito no lo contéis por ahí". Si lo hubo, no se notó. Hasta el mercurio se volvió cómplice de un cantante que tiene grandes amistades en el mundo de la música en la ciudad califal. Lo demostró subiendo al escenario al guitarrista cordobés José Antonio Rodríguez, quien aportó su particular toque al Corazón partío de Alejandro Sanz. Ni siquiera la luna se quiso perder los nuevos temas de la discografía del artista internacional y se incorporó en su plenitud al decorado del espectáculo como un elemento más.
    Sanz abrió el concierto con temas de su nuevo disco. Tras A mí no me importa cantó No madura el coco, aunque la apoteosis comenzó con canciones tan conocidas de anteriores discos como Y si fuera ella, Amiga mía o Mi soledad y yo. No era noche de abanicos sino de teléfonos móviles: no había detalle que perder. No solo había que grabar para la posteridad que Alejandro Sanz cantó en Córdoba los temas de 'Sirope' sino también el espectacular juego de luces y vídeos que acompañaban a cada una de las canciones.
    La ligera brisa que corría en el coso taurino permitió que el único calor que se desprendía fuera el del público hacia un artista que se lo ha sabido meter en el bolsillo. "Me han dicho que en Córdoba hacía mucho calor. Córdoba, Córdoba está guapa", gritaba levantando los aplausos de los tendidos y el ruedo.
    Alejandro Sanz no es hombre de discursos aprendidos. Lo dijo, pero se notaba. Cada ocurrencia suya entre parada y parada, conseguía arrancar los aplausos de la gente. "Estoy muy a gustito. Siempre nos habéis dado mucha suerte en la gira. Por eso, Córdoba nos acompaña siempre cuando viajamos", manifestaba ante una plaza de toros a reventar para terminar mostrando su cariño hacia esta tierra: "Córdooobaaaa, te quiero".
    Y vino el primer amago, no sin antes cantar Un zombie a la intemperie, aunque reservó el tema casi para el final. Alejandro Sanz se despedía de su público agradeciendo a los técnicos que hubieran hecho posible el éxito del primer concierto de esta nueva gira y tras presentar a todos los miembros de su banda.
    El cantante se iba, pero volvía. Lo hacía sentado en el piano, ante un silencio sepulcral. Era el turno de ¿Lo ves? Él solo, en un oscuro escenario en el que se colaba un tímido rayo de luz, que lo iluminaba, y cientos de luces encendidas en el coso. Ahora sí, tras poco más de dos horas, llegaba la hora de decir adiós. Alejandro Sanz se despedía de Córdoba Pisando fuerte y haciendo una advertencia al respetable: "Sino siropeas, no veraneas"