Alejandro Sanz volvió ayer a su «talismán»: el
Coliseo de A Coruña, que lo recibió, como no podía ser de otro modo, con
un lleno. Nada más abrir el concierto, el cantante madrileño se ganó al
público al asegurar que lamentaba no haber podido empezar su gira en A
Coruña, una ciudad a la que se siente especialmente unido y que le da
suerte. «A Coruña corre por mis venas», declaró ante los 8.500
espectadores que llenaban el recinto.
El cantante hizo vibrar los cimientos del recinto con sus clásicos, y regaló desde el principio temas como Quisiera ser, El alma al aire, Desde cuándo o Si fuera ella. Pero fue con Corazón partío
cuando más vibró el Coliseo. Una pirámide latió sobre el escenario,
emulando un corazón con sus destellos rojizos. También las letras de su
nuevo disco, Sirope, se corearon con entusiasmo.
La locura se desató desde el momento en que salió al
escenario. Nadie se quedó con las ganas de echar un piropo al aire,
aprovechando un momento fugaz de silencio, porque todos estaban allí
para profesar su amor al madrileño. Y es que él tampoco perdió
oportunidad de demostrar a sus seguidores que son «el jardín» de su
«alegría». El detallazo fue la bandera de Galicia que alguien le lanzó
al escenario y que él colocó sobre el piano.
Después, su ironía con sus propios movimientos: «No sé qué ha pasado con mi carrera de danza», bromeó.
Desde el foso hasta la tribuna superior era posible
ver brazos en el aire cada vez que el músico así lo pedía, tal y como
presagiaba el cartel de completo en la puerta. Solo los mexicanos Maná
han conseguido igualar tal proeza. La voz rasgada del cantante estuvo a
la altura del largo espectáculo.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2015/08/09/alejandro-sanz-vuelve-talisman/0003_201508G9P33991.htm
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